lunes, 8 de julio de 2013

MANUEL HERRERO Y LOS AMIGOS DEL SANTO REINO



Jaén:
Fecha de visita: 24/05/2013
Lugar: Restaurante El Halago de Pilar
Dirección: Plaza de San Agustín (Frente a los Jardinillos)
Tipo de local: Restaurante
Precio medio: Alto
Calidad: Media
Tipo cocina: Tradicional.
Vinos: Modesta bodega. 
Instalaciones: Zona de barra y salón amplio, ambos ambientados con gran gusto.
Cuando la compañía supera a lo gastronómico
Resumen.
La reunión mensual de los Amigos del Santo Reino, nos llevó en esta ocasión al restaurante Halago de Pilar. Situado en la Plaza de San Agustín, en un entorno envidiable en el acceso al Jaén castizo, al ser paso casi obligado para llegar a la Fuente de los Caños, que une el barrio de San Juan con el barrio de los Jardinillos, nos recibía el pasado 24 de mayo en su máximo esplendor, como la mayoría de plazas de nuestro casco antiguo en primavera. Y nos recibió, además, con una gratísima sorpresa: apenas 48 horas antes de comenzar el momento crucial de la temporada, apenas dos días antes de comenzar a disputar la eliminatoria por el ascenso contra el Deportivo Alavés, el entrenador del Real Jaén, C.F., iliturgitano e hijo también de este Santo Reino de la Provincia de Jaén, Manuel Herrero Galaso tuvo a bien compartir mesa y mantel con nosotros.
Tras disfrutar de la recepción de la plaza y tomar el aperitivo en la misma (agradable al mediodía, imprescindible de noche, puesto que su enclave y su fuente, propician que la temperatura sea siempre agradable), accedimos al interior del Restaurante, cuyas paredes están decoradas con fotos de lugares típicos de Jaén, destacando la gran foto mural que preside el comedor de la pequeña fuente que discurre a los pies de la estatua de Andrés de Vandelvira a espaldas de nuestra Catedral.
Al llegar nos esperaban un plato de jamón y queso así como otro plato de paté de perdiz, acompañado como seña de identidad de la casa, de fruta diversa e incluso guindillas, provocando que cada tostadita de pan con paté fuera distinta a la anterior. Y, como no podía ser de otra manera, el tema principal de la comida, el fútbol. Manolo Herrero fue desgranándonos su trayectoria como futbolista: Real Jaén, Real Valladolid (en primera división), Córdoba, Málaga, Granada, Gimnastic de Tarragona y de nuevo Real Jaén. Especial empeño puso en destacar lo bien que estuvo en el lugar en el que más lejos ha estado nunca de su tierra, Tarragona, relatándonos cómo le sorprendió la llamada de tan lejanas tierras, la insistencia en que firmara por dos temporadas, su rechazo inicial a dicha propuesta ante el temor de no poder adaptarse bien, la gran primera impresión que le causó la capital de la provincia catalana y su renovación por el Gimnastic de Tarragona en el que finalmente estuvo jugando durante varias temporadas y al que no le importaría en absoluto volver como entrenador ya que, tanto él como sus hijos, guardan un especial cariño a aquella tierra.
Mientras por la mesa circulaban la ensaladilla rusa, alcachofas fritas con jamón, revuelto de espárragos trigueros (los productos de temporada de la huerta jiennense son una de las especialidades más destacadas del Restaurante Halago de Pilar), Manolo Herrero nos siguió dando muestras de su gran amor por nuestra tierra y en especial por el Real Jaén y de la ilusión que le haría poder ascender con el equipo de nuestra tierra a la Segunda división, logro que no pudo conseguir como jugador y que constituye, sin duda, una espinita que tiene clavada (quizás la única) de su etapa como jugador.
Y junto a productos de la huerta, productos del mar (gambas, almejas a la plancha o boquerones fritos) que sirvieron de escusa para dejar claro, por parte del míster iliturgitano, que por encima de todo es un profesional del fútbol y que, aún más que al Real Jaén, ama a su mujer y a sus hijos y que, lógicamente, no cierra ninguna puerta profesional, sobre todo si es para mejorar deportiva y económicamente.
Un entrecot de ternera dio paso a los postres (natillas y arroz con leche acompañados por higos reducidos en su propia azúcar, una delicia para los más golosos) y a anécdotas relacionadas con los (inoportunos la mayoría de las veces) comentarios que se escuchan desde la grada, que tanto molestan a los profesionales y que provocan que más de una vez haya tenido que morderse la lengua para no contestar.
Y a la conclusión, la entrega de recuerdos habitual de los Amigos del Santo Reino, tanto al restaurante anfitrión como a nuestro ilustre invitado y un brindis que conjuga un deseo y un aviso a navegantes: “…este año, subimos a segunda y pobre del que quiera robarnos la ilusión”.
En la primera oportunidad no ha podido ser, pero el logro de ser Campeones del Grupo IV de Segunda B, ha dado a Manolo Herrero y a sus jugadores, el derecho a jugar la repesca y a los aficionados nos obliga a tener confianza en ese grupo de estupendos profesionales.
Por concluir con el tema gastronómico y consensuado con los Amigos del Santo Reino  es justo decir que con nuestras anteriores visitas a los distintos locales de hostelería, el listón está muy alto, y que en esta ocasión primó más la compañía de Manolo Herrero a lo estrictamente gastronómico.
Asociación Gastronómica Amigos del Santo Reino.












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