Jaén:
Fecha
de visita: 24/05/2013
Lugar:
Restaurante El Halago de Pilar
Dirección:
Plaza de San Agustín (Frente a los Jardinillos)
Tipo
de local: Restaurante
Precio
medio: Alto
Calidad:
Media
Tipo
cocina: Tradicional.
Vinos:
Modesta bodega.
Instalaciones:
Zona de barra y salón amplio, ambos ambientados con gran gusto.
Cuando la compañía supera a lo
gastronómico
Resumen.
La
reunión mensual de los Amigos del Santo Reino, nos llevó en esta ocasión al
restaurante Halago de Pilar. Situado en la Plaza de San Agustín, en un entorno
envidiable en el acceso al Jaén castizo, al ser paso casi obligado para llegar
a la Fuente de los Caños, que une el barrio de San Juan con el barrio de los
Jardinillos, nos recibía el pasado 24 de mayo en su máximo esplendor, como la
mayoría de plazas de nuestro casco antiguo en primavera. Y nos recibió, además,
con una gratísima sorpresa: apenas 48 horas antes de comenzar el momento
crucial de la temporada, apenas dos días antes de comenzar a disputar la
eliminatoria por el ascenso contra el Deportivo Alavés, el entrenador del Real
Jaén, C.F., iliturgitano e hijo también de este Santo Reino de la Provincia de
Jaén, Manuel Herrero Galaso tuvo a bien compartir mesa y mantel con nosotros.
Tras
disfrutar de la recepción de la plaza y tomar el aperitivo en la misma
(agradable al mediodía, imprescindible de noche, puesto que su enclave y su
fuente, propician que la temperatura sea siempre agradable), accedimos al
interior del Restaurante, cuyas paredes están decoradas con fotos de lugares
típicos de Jaén, destacando la gran foto mural que preside el comedor de la
pequeña fuente que discurre a los pies de la estatua de Andrés de Vandelvira a
espaldas de nuestra Catedral.
Al
llegar nos esperaban un plato de jamón y queso así como otro plato de paté de
perdiz, acompañado como seña de identidad de la casa, de fruta diversa e
incluso guindillas, provocando que cada tostadita de pan con paté fuera
distinta a la anterior. Y, como no podía ser de otra manera, el tema principal
de la comida, el fútbol. Manolo Herrero fue desgranándonos su trayectoria como
futbolista: Real Jaén, Real Valladolid (en primera división), Córdoba, Málaga,
Granada, Gimnastic de Tarragona y de nuevo Real Jaén. Especial empeño puso en
destacar lo bien que estuvo en el lugar en el que más lejos ha estado nunca de
su tierra, Tarragona, relatándonos cómo le sorprendió la llamada de tan lejanas
tierras, la insistencia en que firmara por dos temporadas, su rechazo inicial a
dicha propuesta ante el temor de no poder adaptarse bien, la gran primera
impresión que le causó la capital de la provincia catalana y su renovación por
el Gimnastic de Tarragona en el que finalmente estuvo jugando durante varias
temporadas y al que no le importaría en absoluto volver como entrenador ya que,
tanto él como sus hijos, guardan un especial cariño a aquella tierra.
Mientras
por la mesa circulaban la ensaladilla rusa, alcachofas fritas con jamón,
revuelto de espárragos trigueros (los productos de temporada de la huerta
jiennense son una de las especialidades más destacadas del Restaurante Halago
de Pilar), Manolo Herrero nos siguió dando muestras de su gran amor por nuestra
tierra y en especial por el Real Jaén y de la ilusión que le haría poder
ascender con el equipo de nuestra tierra a la Segunda división, logro que no
pudo conseguir como jugador y que constituye, sin duda, una espinita que tiene
clavada (quizás la única) de su etapa como jugador.
Y
junto a productos de la huerta, productos del mar (gambas, almejas a la plancha
o boquerones fritos) que sirvieron de escusa para dejar claro, por parte del
míster iliturgitano, que por encima de todo es un profesional del fútbol y que,
aún más que al Real Jaén, ama a su mujer y a sus hijos y que, lógicamente, no
cierra ninguna puerta profesional, sobre todo si es para mejorar deportiva y
económicamente.
Un
entrecot de ternera dio paso a los postres (natillas y arroz con leche
acompañados por higos reducidos en su propia azúcar, una delicia para los más
golosos) y a anécdotas relacionadas con los (inoportunos la mayoría de las
veces) comentarios que se escuchan desde la grada, que tanto molestan a los
profesionales y que provocan que más de una vez haya tenido que morderse la
lengua para no contestar.
Y
a la conclusión, la entrega de recuerdos habitual de los Amigos del Santo
Reino, tanto al restaurante anfitrión como a nuestro ilustre invitado y un
brindis que conjuga un deseo y un aviso a navegantes: “…este año, subimos a
segunda y pobre del que quiera robarnos la ilusión”.
En
la primera oportunidad no ha podido ser, pero el logro de ser Campeones del
Grupo IV de Segunda B, ha dado a Manolo Herrero y a sus jugadores, el derecho a
jugar la repesca y a los aficionados nos obliga a tener confianza en ese grupo
de estupendos profesionales.
Por
concluir con el tema gastronómico y consensuado con los Amigos del Santo
Reino es justo decir que con nuestras
anteriores visitas a los distintos locales de hostelería, el listón está muy alto,
y que en esta ocasión primó más la compañía de Manolo Herrero a lo
estrictamente gastronómico.
Asociación
Gastronómica Amigos del Santo Reino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario